Si hay algo que siempre voy a recordar de Israel son sus ojos y la forma en que él solía mirarme.
Lo veo tratando cada día de cumplir como padre y como esposo, con una mujer que ha transformado su belleza en unas curvas más pronunciadas, en un cuerpo algo descuidado pero con un carácter más endurecido por los años, dominante sin duda.
Pienso que quizá alguna vez en aquella ciudad en todos estos años, nos hemos vuelto a cruzar en el camino y que no fuimos capaz de reconocernos.
A veces me pregunto si me gustaría estar en ese lugar, ser yo aquella mujer, con aquellos hijos, siendo él mi compañero, en aquel hogar. Pero sólo es una pregunta, a pesar de mi imaginación siempre desbordante no logro ponerme en ese sitio, quizá porque nunca pertenecí ahí.
Ese no fue nuestro futuro, no fue nuestra historia con final feliz, pero sí tuvimos un pasado de esos en que la intensidad es protagonista y que marca toda la vida, pero esa es otra historia.
27 nov 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por leerme, no olvides dejar un comentario y fomentar la interacción entre nuestros blogs. Hasta la próxima.