Gabriel.

Una luz, una palabra, una sonrisa para interpretar. Un nuevo día para buscar esa posibilidad. Un secreto que se rompe porque se desborda en las miradas, en las palabras, en esas reuniones entre amigos, en esas noches a solas.

Y de pronto el mundo lo sabe y eso no importa, porque la fuerza no maneja la voluntad de un sentimiento de correspondencia.

Pero cada día representa una oportunidad, el castigo de la espera, sonrisas repartidas, clases, salones, compañeros y amigos.

A quien en tu mente has besado tantas veces y le has dicho de mil maneras "te quiero".

Gabriel es ese amor no correspondido, esos suspiros que vuelan en el aire, los deseos contenidos, los sueños incompletos.

Todos tenemos un amor así, que nunca comenzó realmente, que sólo estuvo en nuestra mente o aguardando por una señal en nuestro joven corazón.

No importa cuántos amores no correspondidos tengas en tu vida, siempre se llamarán de la misma forma, porque Gabriel representa más que así mismo a ti, a ese sentir del desamor que si no vives no puedes distinguir del amor maduro y verdadero.

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